jueves, 26 de febrero de 2009

Voy a heredar la empresa...

O algo por el estilo es lo que deben pensar y sentir algunos de mis nuevos compañeros de trabajo, tan pringados como yo misma dado que no son parte de la plantilla real de la empresa cliente para la cual trabajo, sino que todos somos parte de una empresa de servicios que estamos aquí.

A lo que iba: esta actitud que tienen al menos tres de mis nuevos compañeros de trabajo de que van a heredar la empresa y, actúan en consecuencia, esto es, clavándote puñaladas por la espalda y dejándote en mal lugar delante de la responsable por cosas nimias, esto si tienes suerte y estás delante; porque si no estás delante, como hizo una de estas "espabiladas" el otro día, denuncia a otros compañeros al mencionado responsable pero no en privado, como cabría esperar, no... delante de otros compañeros que, además, somos compañeros de los primeros denunciados (parece un trabalenguas).

Esta actitud, esta manera de crucificar a la gente sólo porque no les gusta cómo vas vestido o porque preguntas mucho (mi caso, dado que llegué la última y no me entero casi de nada y pregunto bastante y eso, por lo que he visto, molesta a los que, en teoría, me tendrían que enseñar, que es el caso) es algo que no entiendo. El pisarte el cuello o clavarte un cuchillo en la espalda o atravesarte la yugular solo por el placer de hacerlo, es algo que no entiendo, el que no te presten ni un mísero postit (esto lo hace la que es francesa), es algo que no entiendo.

Joder, que al trabajo no se va a hacer amigos, pero esto no es excusa para tratar al que no te cae muy bien como si fuera un felpudo, máxime cuando la empresa que nos paga a todos (que no es la misma en la que estamos físicamente trabajando) tiene, como máxima política de valores el respeto, el compañerismo y la exquisita educación.

Y sólo llevo 20 días, pero a estas tres personas las azotaría con gusto por ser tan cabronas.
Se admiten consejos y cursos para aprender a putear al personal igual que ellos putean, con la aquiesciencia de los responsables.

martes, 6 de enero de 2009

La "Maquinita"

Cuando yo tenía más o menos 10 años, los Reyes Magos me trajeron una "maquinita", una protoconsola de esas que se cerraba y que sólo tenía un juego, el de un perro que le tenía que quitar la comida al cocinero.

Mi maquinita era azul, con dos pantallas en blanco y negro, pero a mi me parecía el mejor juguete del planeta, con la excepción de los libros, de cualquier libro que Sus Majestades tuvieran a bien regalarme (y siempre me traían uno o dos).

Pues resulta que ahora, 22 años después, los Reyes Magos me han vuelto a regalar otra "maquinita", esta vez de color negro, con dos pantallas de colores, y con la posibilidad de tantos juegos como admitan mis bolsillos (osea, de momento, sólo el que vino con el regalo, uno para practicar inglés), y a mi me sigue pareciendo el mejor juguete del planeta.

Os dejo una foto de mi nueva consola (esta vez sí que no es proto):