Mi maquinita era azul, con dos pantallas en blanco y negro, pero a mi me parecía el mejor juguete del planeta, con la excepción de los libros, de cualquier libro que Sus Majestades tuvieran a bien regalarme (y siempre me traían uno o dos).
Pues resulta que ahora, 22 años después, los Reyes Magos me han vuelto a regalar otra "maquinita", esta vez de color negro, con dos pantallas de colores, y con la posibilidad de tantos juegos como admitan mis bolsillos (osea, de momento, sólo el que vino con el regalo, uno para practicar inglés), y a mi me sigue pareciendo el mejor juguete del planeta.
Os dejo una foto de mi nueva consola (esta vez sí que no es proto):