viernes, 1 de agosto de 2008

ITÁCA

He terminado el curso ese de Infografista de Prensa, y el profe, el segundo profe que hemos tenido (de la primera ni hablo porque la tía no tenía ni idea ni del photoshop ni del illustrator, con deciros que escribía fotoshop, así, con "f", creo que la describo bastante bien), el profe, decía, nos regaló este poema de Kavafís el último día, el martes 28 de julio, y creo que merece la pena dejarlo en el blog, por lo que significa, así que aquí está.













ÍTACA

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

Konstantínos Kaváfis.

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No sé aún hacia donde me lleva el viaje, sólo sé que la vida ya me ha llevado a las costas de muchas y variadas Ítacas; en todas conocí gente, en todas dejé parte de mi alma, en las más abandoné mi espíritu para reencontrarlo y recogerlo en alguna otra ítaca.
No tengo trabajo ahora, pero tengo una pareja, un compañero de viaje que espero se venga conmigo en mi búsqueda de Ítaca; llevamos cinco años, cinco años en esta aventura y creo que es ahora cuando sé que él es mi Ítaca o una de ellas, la más importante, la más grande, la que me acoge en sus calas ensenadas y de cuando en cuando me arroja contra sus acantilados, pero donde soy yo, YO.

No tengo trabajo, ni demasiadas ganas de tener uno, pero lo necesito, necesitamos el dinero.
No tengo ganas de volver a trabajar, pero porque mi última experiencia me dejó tocada, supe lo que era el mobbing, experimenté la frustración y las ganas de matar a mi jefa, el odio y la negación. Y todo eso es lo que no quiero volver a tener.

Pero Kavafís dice que "No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Posidón.", y tal vez sea eso lo que no he aprendido aún. Tal vez en septiembre, cuando sea el momento de volver a buscar curro, haya de replantearme mis relaciones laborales, pero de momento sólo voy a intentar hacer caso a Kavafis.

2 comentarios:

Shera dijo...

Estoy segura que en breve encontraras algo... y esperemos que sea el definitivo.
Bss

Xanadú dijo...

Gracias preciosa, eso eso espero... eso espero